Por: Editor en Jefe - Publicado en febrero 18, 2016
Oficina del terror
Foto: Infibagué Andrés Peña Bernal. Cambioin.
El nuevo gerente del instituto de fomento promoción y desarrollo de Ibagué- Infibagué Andrés Peña Bernal, prometió a su llegada que las cosas cambiarían al interior de la entidad, pero nadie se imaginó que tanto, ahora parece que estuvieran en un campo de concentración Nazi.
La entidad oficial que fue creada para generar unidades de negocios que le generaran recursos al municipio, no ha podido encontrar su rumbo, cada administración que llega se dedica a cambiar bombillas y limpiar parques. Por eso con bombos y platillos el actual alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, dijo que por meritocracía se sabría el nombre del nuevo gerente del Infibagué que le daría un vuelco total a la entidad. El favorecido fue Andrés Peña Bernal quién trabajo en la desaparecida Electrolima y luego como Gerente de Enerpereira, empresa comprada por acciones con dineros de los famosos contratistas Nule. Lo primero que prometió el designado fue poner a funcionar como un relojito la empresa estatal.
Ahora que ha pasado mes y medio del inicio del gobierno de Jaramillo en la alcaldía de Ibagué, las cosas parecen empeorar, se sabe que el nuevo gerente llegó a realizar una verdadera mortandad al ejecutar despidos masivos, sin importar que algunos de los retirados tenían una condición especial, por que varios de ellos poseían órdenes de prestación de servicio que fueron firmados constantemente, lo que hace que dichos empleados tengan un contrato realidad, es decir las suspensiones tenían que hacerse de una manera distinta. Debido a esa mala actuación, la administración tendrá que afrontar multimillonarias demandas que de lógica perderá ante los estrados judiciales.
Pero ese no es el tema central de esta noticia, hoy lo que preocupa es el manejo que le está dando el Señor Peña Bernal, al instituto. Según fuentes que trabajan y otras que han acudido a Infibagué en los últimos días, las dependencias parecen campos de concentración Nazi. Nadie puede ir ni siquiera al baño si no es acompañada por una trabajadora contratada por el jefe, como asesora personal de gerencia. Se trata de Fiorella Rojas, se le hizo un contrato de prestación de servicios de apoyo a la gestión por el valor de Un millón Ochocientos Mil Pesos (1’800.000). Dentro de las labores que cumple esta niña es que muy a las siete de la mañana pasa por las oficinas mirando quien llego a tiempo y quien no lo hizo, además cualquier funcionario que quiera ir al baño o pasar a cualquier otra oficina a consultar algo, tiene que llamar a Fiorella y ella los acompaña hasta que hagan la diligencia, y fuera de eso deja por escrito en un papel, el cual es entregado al gerente directamente, sobre quien se movió de sus escritorios y que hizo.
Lo peor de esta historia es que la misma situación se presenta con los visitantes al Infibagué, cualquiera que llegué hacer la diligencia que necesite, debe ser acompañado durante todo su recorrido por Fiorella Rojas. Varias inquietudes salen a flote al interior del instituto como que él gerente, hizo la asignación de su asistente que es la única que puede ingresar a su despacho, pero no ha colgado el contrato al Secop como lo obliga las normas, lo que quiere decir que este funcionario Andrés Peña Bernal Estaría violando la ley.
Las dependencias de Infibagué están sucias, eso se debe a que no han contratado el personal de servicios generales, tampoco le parece importante al jefe de ese despacho, tener café o agua para suministrar a empleados o visitantes. Por último se puede decir que el mismo gerente les ha dicho a sus funcionarios que no le tiembla la mano para sacarlos porqué el viene de despedir a empleados en Enerpereira. No se sabe sí, eso es cierto, o es solo para crear un ambiente de incertidumbre al interior de Infibagué o como se conoce ahora campo de concentración Nazi.
Estás Leyendo Cambio in.