Por: Editor Ibagué - Publicado en octubre 04, 2021
Por: Ingrid Yineth Portela. Comunista de cambioin.com
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Hace varias décadas el país ha sido gobernado por la misma clase política, la cual cada cuatro años se pone la camiseta no por los ciudadanos sino por ella misma y sale a prometer el cielo y la tierra para ganar votos, utilizando una máscara de humildad y preocupación por el pueblo; sin embargo, estas élites han perdido credibilidad gobierno tras gobierno, pues han puesto a cargo del país y las regiones a mandatarios poco competentes y carentes de experiencia. Un caso no muy lejano es el del presidente Iván Duque que ha terminado de embarrar la cara de los partidos políticos de siempre, implementando un programa de gobierno corrupto y cínico que no beneficia en nada al pueblo.
Debido a todo esto los colombianos han perdido credibilidad en los partidos tradicionales e intentan elegir otras alternativas de gobierno, pero hay que hacer una pausa antes de elegir candidato, pues el pueblo colombiano debe ser consciente, pero sobre todo tener memoria de los desatinos y desfalcos de los gobernantes en el pasado y actualmente, los cuales no piensan en país como un conjunto social digno, sino que solo aprovechan el turno para defender sus intereses individuales. Por esa misma razón la población debe entender que todos somos seres políticos así a algunos no les interese o no les guste, por ello se debe indagar y estudiar el plan de gobierno de cada candidato e interrogarse si este mismo puede cumplir el plan, o si por el contrario sus propuestas van a generar más violencia, inseguridad y desempleo; problemáticas que son evidentes hoy en este país. Si bien es ilógico pensar que el país va a cambiar de un día para otro, pues el cambio es un proceso lento y más en un país tan golpeado por la violencia y la de desigualdad como lo es Colombia, más vale empezar desde ya a concientizarnos para poder generar un cambio en el país. La ciudadanía debe elegir en el 2022 un gobierno que tenga como principal idea hacer y ser un gobierno más social y equitativo para todos, donde la ciudadanía pueda hacer veeduría de los presupuestos públicos sin temor a ser expuestos a la persecución, y quienes cometan delitos paguen con muerte política y no sean premiados con impunidad.
Así que echémosle ojo al 2022, puede ser el comienzo para un gobierno mejor o para uno peor, y de la responsabilidad de nosotros los ciudadanos depende esta decisión.
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