Foto: Ramiro Suárez Peña, abogado y columnista de cambioin.com
Por: Resumen De Noticias Hoy - Publicado en agosto 10, 2023
Por: Ramiro Suárez Peña, columnista de cambioin.com.
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En las vallas que ha instalado Ferro en la ciudad, se puede leer “Un títere en la alcaldía roba más que mil ladrones en la calle”, una frase dura para el actual alcalde, porque para llegar a la alcaldía era el candidato de Barreto y como alcalde tuvo que expresar una y mil veces que no era el “títere” de Barreto, pero también una frase muy dura para varios de los candidatos actuales a la alcaldía que la ciudad ve cómo títeres.
El derecho fundamental a elegir y ser elegido enmarcado en nuestra constitución nacional, debería permitirnos conocer la hoja de vida y/o leer a fondo los programas de gobierno de los candidatos a la gobernación y las alcaldías.
Los apoyos financieros santos y no tan santos de los candidatos de turno, comprometen sus administraciones y ejecuciones con los carteles políticos para la contratación de obras públicas, puentes donde no hay ríos, escuelas donde no hay niños, corbatas para los aportantes y el despilfarro de recursos en papel dedicado a la feria de estudios de pre factibilidad, factibilidad y pertinencia de proyectos que nunca terminan de definirse.
Una vez obtenido el cargo, el gobernador o alcalde de turno (títere, para ser más claros), tiene que devolver a quienes financiaron su campaña, los dineros mediante contratos, dádivas y amaño de propuestas, así estén en contravía de su plan de gobierno.
Por ello los electores somos tan o más culpables de las diversas problemáticas que afronta nuestro territorio y siempre nos quedamos en que nada nos gusta, y que queremos que las cosas cambien, pero lamentablemente somos cómplices de que las cosas sigan como están, porque al final elegimos títeres de los mandatarios de turno.
Los titiriteros tienen una ventaja, y es que en la política los títeres son como los pañales, es decir, se pueden cambiar por otro en cualquier momento.
Analizo entonces otra valla de Ferro en la cual se puede leer: “Los títeres se están robando el empleo de los ibaguereños”. ¿Sera Que las llamadas oportunidades terminaron convertidas en el juego de la pirinola, pero donde solo “ganan” los que manejan al títere y al resto de la ciudad solo le toca el “todos ponen”.
La hegemonía conduce a mantenerse fuera de la ley o la legitimidad y le hacen daño a la ciudad, políticos que solo van y vienen y lo único que permanece es la pobreza social. El amiguismo, el interés personal, son las barreras del progreso de Ibagué, donde prevalece tener un amigo alcalde titere y no un alcalde amigo de su ciudad.
Ramiro Suárez Peña.
Columnista cambioin.com
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