POLÍTICA

De fracasado gerente del Nuevo Día, a secretario de Educación de Ibagué

De fracasado gerente del Nuevo Día, a secretario de Educación de Ibagué

Foto: Leonidas López Herran, nuevo secretario de Educación de Ibagué. cambioin.com

Por: Editor Ibagué - Publicado en diciembre 04, 2023

No han dejado de llover las críticas contra el designado secretario de Educación de Ibagué, lo curioso es que quienes la realizan son los actuales empleados del Periódico el Nuevo Día, empresa que actualmente gerencia el favorecido con el encargo burocrático, y la censura que más se le hace es llevar al diario al peor momento de su historia, y de despidos masivos son el pago de salarios. Por eso queda una duda, si el mencionado esta preparado para manejar una de las carteras más importantes en la capital del Tolima.

Encuentre contenido exclusivo en WhatsApp Channel, siganos ya: https://whatsapp.com/channel/0029Va9kwaD1CYoZxxokC42i

Informe Especial cambioin.com

Leonidas López Herran, tiene en su haber una hoja de vida que podría decirse es un ejemplo, pero toda su carrera fue tirada al cesto de la basura, en estos últimos 5 meses del 2023, cuando siendo parte de las directivas de la Uniminuto, aceptó la gerencia del único diario del Tolima, El Nuevo Día, y en ese poco tiempo acabó con 31 años de historia del periódico.

En la corta gerencia de López Herran, la cual aun no termina, el Nuevo Día, acabo su versión impresa después de 3 décadas, quedando totalmente virtual, dejando de paso casi cien personas sin empleo.

Pero existe una peor parte de esta historia, y es que con la mayoría de los despedidos no les han pagado sus obligaciones salariales, de liquidación y más. Inclusive quienes optaron por quedarse les deben varios meses de sueldo, y cuando hacen el reclamo les dicen que pueden irse.

Quiénes han tenido que sufrir esa dura situación califican al señor Leonidas López Herran, como una persona insensible, que no dialoga, toma determinaciones unilaterales sin importar a quienes afecta.

Surge entonces una inquietud, y es el mismo hecho que el señor López Herran, mostró sus dotes de administrador cuando manejó instituciones de educación superior privadas, como Universidad de Ibagué y la Uniminuto, que tienen un presupuesto boyante, pero se vio en aprietos cuando llegó al Nuevo Día, donde sus cifras no eran las acostumbradas, pero no las mejoró como haría un buen gerente, por el contrario optó por la más fácil, y fue dejarlo, como dirían algunos, al borde de la quiebra.

La pregunta del millón es: ¿Sí Leonidas López, está preparado para manejar la secretaría de Educación de Ibagué, cuando en lo público deben cumplir una serie de requisitos antes de gastarse un solo peso de los recursos oficiales? En entidades oficiales no se llega a ordenar, sino ha planificar que se hará con cada recurso destinado para ese despacho, nada como en lo privado.

Las redes sociales están inundadas de comentarios contra lo mal administrador que ha sido en 5 meses Leonidas López Herran, frente al Nuevo Día, pero cambioin.com el portal de las noticias escogió la columna del Periodista Juan Manuel Díaz, donde hace una radiografía exacta de como 31 años de historia de el periódico de los tolimenses, se acabaron en manos del hoy secretario de Educación designado de Ibagué, el cual comenzará sus funciones desde el primero de enero de 2024.

Columna del Periodista Juan Manuel Díaz

Hoy en el cumpleaños número 31 del otrora “diario de los tolimenses” pareciera que no hay nada que celebrar. Pese a que se les invitó a un desayuno a los 48 empleados que quedan de más de 140 que existían hace cuatro años en la rotativa; la situación financiera que vive el medio lo tiene al borde de un cierre definitivo y con una avalancha de tutelas de trabajadores y extrabajadores que han tenido que acudir a las instancias legales para reclamar los salarios adeudados

A lo largo de sus tres décadas de historia, el periódico El Nuevo Día ha pasado momentos muy difíciles. Tuvo que vivir con el miedo por las constantes amenazas de los grupos armados ilegales a finales de la década de los 90, que incluso cobraron la vida de Elizabeth Obando, voceadora del periódico en Roncesvalles y quien fue vilmente asesinada por las Farc, únicamente por ser quien vendía el impreso en el que se les criticaba en ese municipio. Igualmente, el periódico también tuvo que soportar los ataques permanentes de los poderosos a los que les molestaban las denuncias de corrupción que hacía Antonio Melo Salazar y decenas de periodistas que pasamos por esos pasillos en los últimos años. Para no ir muy lejos en el gobierno del exalcalde y hoy ministro de salud: Guillermo Alfonso Jaramillo hubo una soterrada amenaza de su parte para cerrar el medio ante la posición editorial que se tenía en ese momento en cabeza del gerente Miguel Ángel Villarraga. Por fortuna esa malsana intención no prosperó y se pudo seguir avante.

Sin embargo, luego de la inexplicable salida del Villarraga en 2019 y quien tenía posicionado y en buenos números al periódico, la llegada de Adriana Lucia Quijano a la gerencia pareció desviar el rumbo positivo que tenía el medio. El periódico buscó sin éxito apostarle a lo digital de manos de una nueva editora general que ni siquiera residía en Ibagué, y perdió la esencia del periodismo crítico y en terreno al que nos tenía acostumbrados Edwin Ballesteros quien laboró en esa casa periodística durante 22 años y de quien prescindieron de sus servicios sin explicación alguna.

Hoy en el cumpleaños número 31 del otrora “diario de los tolimenses” pareciera que no hay nada que celebrar. Pese a que se les invitó a un desayuno a los 48 empleados que quedan de más de 140 que existían hace cuatro años en la rotativa; la situación financiera que vive el medio lo tiene al borde de un cierre definitivo y con una avalancha de tutelas de trabajadores y extrabajadores que han tenido que acudir a las instancias legales para reclamar los salarios adeudados de más de tres meses y las liquidaciones de a quienes aparentemente han despedido porque se han atrevido a denunciar la situación ante el aparato judicial.

Por estos días, la situación en la sala de redacción del que se consideró durante muchos años como el medio más importante del departamento, es de soledad, tristeza e incertidumbre, pues Leónidas López a quien se le encargó la dirección del periódico luego de la salida de la gerente Quijano, a partir del 1 de enero de 2024 se convertirá en secretario de educación del municipio, y no se sabe a ciencia cierta lo que pueda pasar con el hoy portal periodístico que mantiene su enfoque digital pese a los malos resultados.

Además de la falta de solidaridad del empresariado y los entes gubernamentales, y la pérdida de la credibilidad que actualmente tiene El Nuevo Día, el repunte de portales digitales como el de Ecos del Combeima, El Olfato, El Cronista, entre otros, lo tienen en un pésimo lugar de rating, con pocas interacciones en redes sociales y con contenido a lo que difícilmente puede llamarse periodismo. Lamentablemente ni la voz de los columnistas tiene fuerza, pues curiosamente las columnas no se publicitan de manera efectiva en los perfiles del medio y casi que no hay debate, ni opinión, como ocurría anteriormente incluso con los editoriales.

Hoy desde este espacio quiero expresar mi solidaridad a los muchos empleados de El Nuevo Día que han perdido su empleo y peor aún que pasarán una navidad sin sueldo y sin liquidación. A quienes todavía permanecen dando la lucha, mi respeto absoluto, pues esta crítica no va para ninguno de ellos, sino para quienes tomaron malas decisiones y hoy caminan con la frente en alto posando de flamantes expertos en temas de los que evidentemente no tienen ni idea. Es sabido que las acciones de El Nuevo Día están repartidas en diferentes personas, pero el llamado es para los socios mayoritarios como lo es el grupo Diana de propiedad de la familia Murra, y el periódico Vanguardia de propiedad de la familia Galvis de Bucaramanga, quienes parecieran estar desconectados de la grave situación de la empresa.

Acabar con el periódico impreso fue un grave error, pero un eventual cierre definitivo de lo que queda del medio sería lo peor que le puede pasar al periodismo tolimense. Aquí no se trata únicamente de que unas personas tengan que cambiar de trabajo o quedarse sin trabajo (aunque aquello es sumamente grave en una ciudad a la que aqueja el desempleo) sino de acabar con la esencia del periodismo que en estos tiempos pareciera remitirse únicamente a lo espurio y superfluo de las redes sociales. Me niego a creer que no hay una voluntad real de sacar el periódico de esa nefasta situación en la que se encuentra. 

Hoy no se le puede decir feliz cumpleaños a El Nuevo Día, porque más que una felicitación o un regalo, lo que se añora es que soplen vientos de cambio y de una gerencia que no solo sepa de periodismo, sino que logre levantar financiera y gerencialmente de entre las cenizas al galardonado periódico que ha contado entre sus filas con periodistas valiosos como Olga Lucía Garzón, Cesar Vidal, Germán Sánchez, Carlos Romero, Martha Myriam Páez, entre muchos otros.

Estoy seguro que hoy ni un bocado de un dulce pastel de cumpleaños, logrará apaciguar el amargo sabor que tiene la crisis de El Nuevo Día.

Fin de la columna

Estás Leyendo cambioin.com

NOTICIAS RELACIONADAS