Por: Editor Ibagué - Publicado en abril 09, 2021
Por: Jorge Ancizar Cabrera Reyes, columnista cambioin.com.
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"Dónde hay poca justicia es grave tener razón". Francisco de Quevedo.
Son 73 años del Bogotazo y el Asesinato del doctor Jorge Eliécer Gaitán, Caudillo de pueblo. Abogado, extraordinario orador y líder Político.
Sus ideas siguen presentes y vigentes en el imaginario colectivo de las masas, que aún siguen en las calles reclamando por: "la restauración moral de la república", buscando airadamente la justicia social con participación igualitaria en el logro de sociedad más justa, incluyente y equitativa.
En el mes de agosto del año 1948, cuatro meses largos después de su muerte el Concejo de Bogotá acordó en homenaje póstumo al doctor Jorge Eliécer Gaitán, líder inmolado, ubicar una estatua y en cuyo pedestal se dirá lo siguiente: "En la cordillera de nuestra geografía van formándose promontorios, pocos, páramo, sábanas, valles, volcanes, lagunas. Sobre ellos circula el hormiguero humano que es la materia prima de la llamada "historia. ¿Cuántos siglos humanos se requieren para la formación de uno de estos fenómenos naturales? ¿Y cuántas generaciones pisotean al mismo tiempo esa tierra sin dejar huella real de su paso? Pero abandonemos el escepticismo de los divulgadores de la "nueva historia" y limitémonos a escudriñar bajo el microscopio los ires y venires del hormiguero. ¡Qué pocos momentos aparecen como verdaderamente "históricos"! El tiempo aplana las cumbres de un espacio uniforme y todo va desembocando en los ríos rojos de la violencia y la sangre. Lo único constante es ese trasegar humano que se exaspera cada década: La Regeneración, la Guerra de los Mil Días, Panamá, la dictadura de Reyes, las Bananeras, la Violencia, el 9 de abril...".
El doctor Jorge Eliécer Gaitán y sus debates parlamentarios que fueron en defensa del pueblo y en contra de la plutocracia y la oligarquía liberal-conservadora, como él lo mencionaba y sus audiencias como abogado defensor y penalista eran destacadas en los juzgados, tribunales y escuchadas, leídas y analizadas con fervor y admiración por la radio y los medios de comunicación de la época.
Gaitán, fue un gran conductor de masas y con su pensamiento libre, le llegó a lo más profundo del corazón al pueblo, del cual se refería diciendo: "Los colombianos no podemos ser manejados con ese irrespeto. Es nuestra dignidad que está por encima de los partidos".
Sus planteamientos ahora en tiempos de la pandemia del Covid-19, siguen vigentes, él era un consumado ideólogo e impulsor acérrimo de las ideas liberales y defensor diáfano de su ideario y de su Partido Liberal que lo regentó y dirigió como su Jefe Único, además, era un visionario con sus ideas transformadoras y de cambio y en sus proclamas decía Gaitán:
“Nosotros hemos aprendido a reírnos de esas generaciones decadentes que ven a las muchedumbres de nuestro trópico como a seres de raza inferior. Inferiores son ellos que carecen de personalidad propia y se dejan llevar por algunas mentes esclavas de la cultura europea. ¡Mentira la inferioridad de nuestros pueblos, mentira la inferioridad de nuestros países, mentira la debilidad de nuestras razas mestizas! Yo le pidiera a las más antiguas y grandes razas de la tierra que vinieran a esta América, que se adentraran como nuestros mulatos en las selvas del trópico, que trabajaran como lo hacen los hombres nuestros, doce y más horas, casi sin salario y siempre desnutridos, que sufrieran los dolores de nuestros pueblos, sintieran a la selva envolviéndolos, supieran lo que son los niños sin escuela y sin cultura, lo que es una muchedumbre sin defensa en el campo, sin poder satisfacer el apetito de la belleza y del amor que se les niega y saborean tan solo el dolor y la angustia permanentes.
Que vengan los europeos a presenciar el drama de esta masa enorme de América devorada por el paludismo, con gobiernos que le han vuelto la espalda a su gente para enriquecerse en provecho propio, que vengan a contemplar las inclemencias perpetuas que vivimos los habitantes del trópico y entonces tendrán que comprender cuán brava es la gente nuestra, qué brava gente sois vosotros y reconocer la falsedad de su concepto sobre la inferioridad de las masas americanas.
Porque en Venezuela y en el Perú y en todas nuestras naciones sucede lo que yo afirmo que pasa en Colombia: El pueblo es superior a sus dirigentes”.
En el tema de la emergencia sanitaria global de la pandemia del Covid-19, el liberalismo y sus dirigentes deben jugar un papel de gran importancia para superar las desigualdades que a lo largo de la historia hemos padecido y ahora se reflejan más con motivo de la pandemia y después de ella, para propender que se reduzca el hambre, la pobreza y la miseria, donde nuestro Partido Liberal tiene que apoyar la paz y la reconciliación con justicia social de todos los colombianos.
Con la muerte de Gaitán comenzó la violencia política y partidista que dejó profundas huellas en el pueblo y en la sociedad colombiana, más de trescientos mil muertos y muchas víctimas. Gaitán enseñaba: "Nadie puede concebir la violencia como camino para crear el derecho" y que "Violencia en el orden social como en el orden individual es sinónimo de debilidad".
Se siguen eliminando en la Colombia de hoy a los líderes sociales, campesinos e indígenas y también a dirigentes políticos. Etc.
Otras de sus frases emblemáticas sobre el conflicto violento, Gaitán decía: "Nada más cruel e inhumano que una guerra. Nada más deseable que la paz. Pero la paz tiene sus causas, es un efecto. El efecto del respeto a los mutuos derechos".
La historia que es una ciencia, Igualmente, quien no la conoce está condenado a conocerla, y quién la conoce y la olvida está condenado a repetirla lo cual las épocas de Gaitán están vigente con algunas modificaciones con relación de la política actual cuando dijo:
"Ser de izquierda, por eso requiere un gran valor, inclusive una toma de decisión en la cual uno mismo puede ser la cuota del sacrificio que exige la historia. Y a pesar de todo, los hombres de izquierda somos mayoría en el mundo y lo somos en Colombia. Pero también -no lo dudemos- hay gentes de derecha y tal vez las haya siempre. Es necesario que existan para emprender la marcha de nuevo contra ellas, para iniciar otra vez el ascenso, para prolongar la vida del hombre. Es la afortunada condena dialéctica de la sociedad, sin la cual la humanidad no avanzaría.
Cuánta razón tenía Goethe, al destacar, sin quererlo, la controversia de la historia cuando expresaba que "dónde quiera que haya tumbas habrá resurrecciones" y cuánta verdad gritó Pablo Neruda al cantar que Bolivar despierta "cada cien años, cuando despierta el pueblo". Lo importante es dónde estamos ubicados, si en el camino del avance o en el sitio para quedarse y retroceder. La izquierda jamás dejará de nacer ni la derecha de morir. Aquella es la vida, esta la agonía. Hagamos del liberalismo la vida de Colombia y de la izquierda la sangre del liberalismo".
Para terminar con Gaitán cuando expresó con vehemencia: "Cercano está el momento en que veremos que el pueblo manda, que el pueblo ordena si el pueblo es el pueblo y no una multitud anónima de siervos".
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