Foto: Hospital Regional del Líbano Alfonso Jaramillo Salazar. cambioin.com
Por: Editor en Jefe - Publicado en abril 08, 2025
Cuando las intervenciones a los Hospitales en Colombia, se hacen desde la Superintendencia de Salud por caprichos políticos o para manejar negocios oscuros, un remedio que ha resultado peor que la enfermedad. En el Tolima existen varios ejemplos de las malas experiencias cuando el control de los centros médicos lo asume el gobierno nacional.
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Por: Editor General. cambioin.com
A propósito del escándalo protagonizado por Beatriz Gómez Consuegra, Superintendente delegada, para la Superintendencia de Salud, quién a su vez es la esposa del ministro de Salud el tolimense Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez, quién desde su cargo presionó indebidamente a la gerente interventora del hospital de Leticia Amazonas, para que hicieran un trámite para que desde el ministerio de salud su esposo le enviará una plata para comprar un Buque con equipos médicos. Dos temas hacían que la funcionaria del centro asistencial no firmara ese convenio, el primero porque tenía que comprometer vigencias futuras y entregar un aporte para pagar los 60 mil millones que vale. Pero lo verdaderamente preocupante es que el mantenimiento de la unidad de salud fluvial asciende a una cifra cercana a los 19 mil millones de pesos, dinero con el que no cuenta el Hospital, ni siquiera para su propio funcionamiento.
Esta situación demuestra que las Superintendencias, y en especial la de Salud, son un brazo del gobierno nacional para apoderarse de lo que no pueden acceder de una legítima, y sobre todo ninguna intervención ha sido exitosa, y eso lo demuestran las estadísticas.
El Hospital Federico Lleras Acosta, por ejemplo estuvo varios años intervenido, y lo devolvieron casi para cerrar. Durante los últimos años se han hecho inversiones millonarias por parte de la Gobernación del Tolima, y hoy nuevamente está en crisis porque el gobierno nacional no le gira los recursos necesarios para funcionar.
Más recientemente la intervención del Hospital regional del Líbano, luego de un informe negativo presentado ante la SuperSalud por parte de la intendente delegada Beatriz Gómez Consuegra, esposa del ministro de salud Guillermo Alfonso Jaramillo, porque habían algunas quejas por el servicio. Pero hoy las cosas son mucho peor, porque se están gastando millonadas en burocracia nombrando amigos del Jaramillismo, pero la atención al usuario empeoró. Demostrando que las quejas que existieron contra el exgerente Jaime González, eran insignificantes para los problemas que ese centro asistencial registra.
Por eso sería bueno un análisis sobre qué tan buenas resultan ser las intervenciones.
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