La desgracia de ser contratista de la alcaldía de Ibagué

Sede Alcaldía de Ibagué. Cambioin

En un verdadero dolor de cabeza se ha convertido trabajar por intermedio de una orden de prestación de servicios en la alcaldía de Ibagué, como primera medida deben tener dinero para legalizar su contrato, segundo soportar ataques de algunos supervisores, pero lo peor, es tener que esperar durante meses para obtener el pago de por lo menos un mes por las labores realizada. 

Uno de los ejemplos más claros tiene que ver con el infortunado comienzo de año para los contratistas de la unidad de salud de Ibagué-USI, quienes llevaron a cabo el programa MIAS DULIMA en los corregimientos del municipio de Ibagué durante el año 2017. 

Un programa impulsado por el alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo y la secretaria de salud municipal, que al día de hoy, lastimosamente, solo se conoce por las quejas y reclamos realizados por los diferentes contratistas en diversos medios de comunicación, esto apenas para contar entre los muchos inconvenientes que se presentaron para la ejecución de las actividades en el transcurso del programa bandera de la

administración, se encuentran la falta de suministros y apoyo logístico por parte de la USI, y el no pago de salarios puntualmente, y no se trata solamente del último pago (liquidación), sino que fue reiterativo durante los siete (7) meses de contratación. 

Actualmente la unidad de salud de Ibagué en cabeza de su gerente Elsa Graciela Martínez tiene en ascuas a más de 200 de los contratistas sosteniendo que no ha realizado los pagos por diversas razones: Demoras en los giros por parte de la secretaría de salud (quienes ya giraron dinero desde diciembre ) o la inoportuna presentación de informes de los coordinadores (Entre ellos Oscar Julián Velazquez Ballesteros-Biólogo de la universidad del Tolima) a quienes nunca se les llevó una adecuada supervisión en el cumplimiento de sus deberes contractuales. 

Es así como la doctora Elsa Graciela Martínez ha vacilado durante semanas a los contratistas sin tener en cuenta sus necesidades y escudándose un una administración que no ha considerado su inoperancia dada las reclamaciones de diversos sectores que han prestado servicio a la USI.

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