Foto: José Baruth Tafur Gutiérrez, abogado, Columnista cambioin.com
Por: Editor en Jefe - Publicado en abril 19, 2025
Por: José Baruth Tafur Gutiérrez
Abogado-Especialista Univ. Externado Maestrante Comunicación Política Univ. Externado. Columnista invitado cambioin.com
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Después de una década de viacrucis porque no hay otra palabra para describir semejante calvario finalmente, y tras varios anuncios fallidos, se entrega por fin el complejo de piscinas de la 42. Un escenario que en vez de anunciarlo en medios con pautas pagas, debería provocar vergüenza profunda en la clase política que administra la ciudad de Ibagué, por entregarlo solo hasta ahora, cuando su abandono ya generó generaciones de jóvenes con sueños perdidos, promesas rotas y millones en inversión evaporados.
Qué mejor momento para esta resurrección que el Domingo de Resurrección, cuando el mundo cristiano celebra la vida nueva… aunque en nuestro caso, lo que celebramos es la entrega de unas obras públicas que ya deberían estar dando cátedra de deporte, y no de desidia.
Ahora bien teniendo claro que los recursos públicos son sagrados y que se deben administrar de manera planeada, en este instante no nos podemos dejar engañar por el moño de cinta roja, fotografías acomodadas luces y medios pagos la historia no termina con la entrega de la obra, y en este punto surgen cuestionamientos en el que el IMDRI la entidad encargada de estos escenarios a la fecha ya tendrá proyectados los recursos para su mantenimiento? ¿Tendrá claro cuánto es el presupuesto de mantenimiento? Es decir, podríamos estar celebrando hoy para volver a llorar mañana, cuando la maleza, las maquinas, los tratamientos empiecen a ser mayor, ¿y entonces de que bolsillo saldrá? ¿De los deportistas? ¿Y entonces, de qué bolsillo saldrá el mantenimiento? ¿Del de los deportistas que han sido olvidados durante diez años? ¿De los entrenadores que resisten con las uñas? ¿O del ciudadano que paga impuestos y al que ahora se le quiere vender este acto tardío como un milagro?
Cada día es tiempo de reflexión, y si creo profundamente que cada día es el momento de perdonar para poder avanzar y estar enfocados en los sueños, en las metas, no olvidemos que juntos podemos remar hacia las metas, todos tenemos un don un algo especial, es momento de mirar al prójimo con misericordia, es el momento de mirar nuestra ciudad con amor encendido con sentido de pertenencia, Pero también es tiempo de despertar. Porque la fe no es ingenuidad, y los rezos no reemplazan la acción. Hoy más que nunca, necesitamos amor por Ibagué, pero también firmeza ante quienes la han usado como trampolín para sus agendas personales, sus viajes, y sus titulares internacionales.
En resumen: Aplausos tardíos, fotos felices, discursos grandilocuentes. Pero no olvidemos que nos tomó una década, que el precio fue altísimo no solo en dinero, sino en dignidad y que el verdadero viacrucis no fue el de los corruptos, sino el de los ibaguereños, que seguimos pagando los pecados ajenos, pero ya rozan lo divino.
Por: José Baruth Tafur G. Abogado- Especialista U Externado Maestrante en Comunicación Política U Externado
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